Tres características que demanda el nuevo liderazgo

Si asumir un nuevo rol de liderazgo te hace sentir un poco nervioso, multiplícalo por diez para estimar lo que puede estar sintiendo tu nuevo equipo. Si bien es posible que te preguntes si estás preparado para el desafío, las personas que anticipan tu llegada se preguntan: «¿Qué me va a pasar?»

A medida que manejas las primeras impresiones, la ansiedad existencial puede ser paralizante para el resto de colaboradores. Para que transmitas confianza al equipo y demuestres coherencia entre lo que dices y haces, a la par de mantener la moral y el rendimiento del equipo, aquí hay tres cosas que debes considerar hacer de inmediato mientras asumes tu nueva posición.

  1. Ten un plan: Esto suena muy elemental, pero muchos líderes asumen que evaluarán lo que está sucediendo en su nuevo puesto cuando lleguen allí y luego averiguarán lo que deben hacer y solo después de esto comenzarán a elaborar un plan. Antes de comenzar una evaluación, los líderes deben crear un plan tangible para recopilar y analizar la información que buscan. Puedes iniciarlo planteando algunas preguntas fundamentales: ¿Qué necesita saber?. ¿Cómo darás con esta información?. ¿Con quién(es) hablarás?. ¿Sobre qué planeas hablar?. ¿Cuánto tiempo anticipas que tomará este proceso?.
    Tener un plan, proporciona un marco para tomar decisiones, mientras avanzas en esos primeros días y semanas.
  2. Comparte el plan: Debes comunicar el plan a tu nuevo equipo lo antes posible. Recuerda, no estás compartiendo propuestas de cambios ni nuevas estrategias. ¡Es muy pronto para eso!. Pero sí, que debes presentar a tu equipo, el proceso que seguirás para recopilar la información que necesitas. ¿Hablarás con todos en la oficina o solo con colaboradores clave?. ¿Pueden acudir proactivamente a tu despacho para compartir información?. ¿Cuál es la mejor alternativa para compaginar calendarios con las tareas rutinarias de los colaboradores?. En resumen, debes establecer las reglas de compromiso desde el principio, para que la gente entienda cómo funcionará el flujo de comunicación y cuánto tiempo puede que necesites contar con cada uno de ellos. Al manejar sus expectativas, controlas también sus miedo.
  3. Sigue el plan propuesto: Habla con la gente; realiza preguntas. Tómate el tiempo que planeabas tomar para cada tarea. Para algunos de los miembros del equipo  esta es la primera vez que verán ejercer tu liderazgo. Probablemente te juzgarán mientras los evalúas. No te desvíes si alguien cuestiona el proceso o tus intenciones. ¿Por qué estás hablando con Jane antes de hablar con su supervisor?. Aunque eso sí, asegúrate de estar atento a las opiniones de los colaboradores e introduce consideraciones positivas y genera motivación sobre sus buenas acciones. Honra la jerarquía. Sé amable con las personas y especialmente atento a sus problemas y necesidades.

 

 

Lamentablemente, no con poca frecuencia, los líderes abordan un nuevo rol como algo que descubrirán por sí mismos. Pero sentarte en tu oficina a agendarte citas y responder innumerables emails, no te proporcionará el mismo capital de liderazgo inicial que tener un plan, compartirlo y seguirlo. Los detalles del plan son menos importantes que seguir estos tres pasos, suponiendo que estés buscando información para comprender a las personas y el trabajo que realizan. Cuando administras proactivamente tu gestión en una nueva posición de liderazgo ya comienzas a dar claras señales de confianza al resto del equipo. Adicionalmente esto proporcionar a tu equipo una hoja de ruta, que de otro modo, podría ser un viaje lleno de baches. Mientras canalizas la ansiedad de la transición hacia un diálogo productivo que dinamiza la comunicación dentro de la empresa.

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