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En este nuevo episodio de Sage Advice Podcast, «Gestión empresarial como clave del éxito», quiero dar luz a una de las cuestiones que más os hacen los emprendedores cuando inician su proyecto emprendedor: cómo financiar mi negocio.
- Si estás pensando en emprender un negocio, es probable que una de las primeras preguntas que te hagas es: ¿dónde consigo financiación?
- No te pierdas este podcast en el que te doy las claves para escoger la financiación adecuada para tu empresa
Como irás viendo, en este campo, hay una palabra que lo resume todo: el equilibrio. Si estás pensando en emprender, tendrás que ser muy preciso para no ‘pecar’ ni por exceso ni por defecto en cada decisión que tengas que tomar.
En ese sentido, la primera idea que debes tener clara es que la financiación te exigirá extender tu visión temporal. Eso quiere decir que tendrás que introducir el futuro en tus decisiones. Y, como no tendrás una bola de cristal, necesitarás trabajar con expectativas.
Analiza tu empresa antes de tomar una decisión
Para conformarlas, deberás realizar dos análisis muy importantes:
- Un análisis interno: te llevará a intentar comprender cómo evolucionará tu propio negocio (organización, aprendizajes, desarrollo de proyectos, etcétera).
- Un análisis externo: te ayudará a interpretar mejor todo lo que viene de fuera. Tanto aquello que se escapa de tu control (entorno macroeconómico, legal, estructura del mercado), como lo que resulta de la interacción de tu negocio con otros agentes (contratos con proveedores y clientes, protocolos de atención, reacciones a las decisiones de la competencia, etcétera).
¡TUITÉALO! Escucha este episodio de Sage Advice Podcast en el que te contamos cómo financiar tu proyecto emprendedor.
La materia prima de ese análisis que te conducirá a formar tus expectativas es la información, no solo la contable y financiera, sino también comercial, de procesos, de rendimiento de los recursos humanos, del entorno… Deberás volcarla en el estudio de diferentes escenarios probables. Tienes que pensar en la inversión y la financiación como un sendero en el que el final da sentido al principio. En el trayecto, deberás superar dificultades y aprovechar oportunidades.
Por ejemplo, piensa que los costes fijos y los variables están relacionados. Cuantas más inversiones realices, más sencillo es aprovechar las ventajas del tamaño, la especialización, el aprendizaje… Todo eso conduce a menores costes variables, pero no es gratis, por lo que debes encontrar el punto exacto.
¿Cómo financiar mi negocio al inicio de tu proyecto?
En cualquier caso, siempre necesitarás una financiación mínima para empezar. Entre los primeros desembolsos, figurarán:
- Los de los trámites jurídicos de la constitución.
- Los informes de expertos externos.
- Las campañas de publicidad.
- Etc.
A estos, de entrada, habrá que sumar los otros pagos necesarios ligados a las expectativas del negocio. Deberás tomar decisiones sobre talleres, máquinas, locales de negocio, vehículos y cualquier otra clase de inversión en la estructura fija de la empresa.
Y también necesitarás unos primeros inventarios y una liquidez con la que poder comenzar a realizar pagos y cobros.
Estudia todas las vías de financiación
Una vez tengas claro el cuánto, llega la hora de pensar en el cómo. Existen muchas vías de financiación:
- A corto y largo plazo.
- Con fondos propios y ajenos.
- Con condiciones negociadas o con contratos de adhesión.
- A través de mercados regulados o extrabursátiles.
- Etc.
Por lo que te recomiendo estudiar todas las opciones en profundidad. Ten en cuenta que deberás convencer a otras personas de que pongan su dinero en el proyecto. Negociarás condiciones y eso puede hacer necesarios cambios de planes.
Por un lado, es importante que analices las posibilidades de la financiación con fondos propios. Estos no solo pueden llegar de tu bolsillo, sino de la búsqueda de socios y de subvenciones públicas que no tengas que devolver. Con el tiempo, también los beneficios acumulados pondrán destinarse a invertir en la empresa.
Búsqueda de socios
Con los socios, un buen emprendedor manifiesta sus dotes de ‘malabarista’ capaz de alcanzar equilibrios increíbles en los que todas las partes estén cómodas. Es importante no hablar solo de dinero, sino también de formas jurídicas, contratos, procesos de toma de decisiones, expectativas, riesgos…
Un tipo de socio especial son las entidades de capital riesgo. Realizan diversas clases de inversiones, pero lo habitual es que participen durante un tiempo en empresas con potencial. Cuando los proyectos maduren lo suficiente, la entidad saldrá del capital. Con ello, habrás obtenido no solo financiación, sino también una experiencia empresarial.
Financiación ajena
La otra pata de la financiación es la ajena. Una parte se genera de forma espontánea con la actividad. Por ejemplo, los proveedores te dan un plazo para efectuar pagos, tienes otro para los impuestos, un cliente te hace un anticipo, etcétera.
También los bancos ofrecen muchas posibilidades para financiar tu negocio, pero destacan dos:
- El préstamo, que se utiliza, principalmente, para necesidades financieras del largo plazo.
- La línea de crédito, que se utiliza en el corto plazo.
Escoge la financiación que más se adapte a tu empresa
Las vías para financiar tu negocio son variadas y debes adaptarlas a las circunstancias. Por ejemplo, los socios no siempre lo son de todo el negocio. Puede cada uno conservar en parte su independencia y poner en común ciertas estructuras o actividades. Es común entre profesionales, pero también en sociedades que financian parte de una nueva aventura emprendedora, pero conservan la titularidad en exclusiva de sus viejos establecimientos.
También varía mucho la financiación de un negocio en función de su potencial de crecimiento. Cuando es elevado, surgen oportunidades en el capital riesgo o, incluso, la posibilidad de financiarse a través de los mercados financieros organizados, como la bolsa. Hay segmentos especializados en los que empresas de tamaño medio pueden buscar financiación, como BME Growth.
En cuanto a la financiación ajena, tu negocio te marcará el ritmo. Un aspecto muy importante es el equilibrio entre las deudas a corto plazo y el activo corriente. Hay sectores, como el comercio minorista, en los que se vende mucho al contado y se paga a plazo. Si tienes una tienda que genera este tipo de financiación puedes permitirte una mayor holgura. Sin embargo, hay muchas ramas de actividad donde es mucho más prudente financiar una parte muy sustancial del activo corriente con fondos propios o deudas a largo plazo.
Como ves, la financiación debe ser un traje a medida. Cada negocio debe encontrar su equilibrio en cantidades, plazos, vías de financiación… Y, sobre todo, saber mantenerlo en el tiempo.
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Fuente info
Autor: Joan Boluda