En este artículo conocerás cómo contabilizar la venta de un inmovilizado en 5 pasos.
- Deberás estudiar el fondo económico de la operación, más allá de su forma jurídica.
- El momento de la baja del activo no siempre coincide con el de la venta.
Muchos emprendedores se preguntan cómo contabilizar la venta de un inmovilizado. No es raro, ya que es relativamente frecuente que estas operaciones estén rodeadas de circunstancias especiales.
Además, hay que tener presente que hay diversos tipos de inmovilizados, cada uno con sus normas de registro y valoración. Por ello, hay una casuística muy variada y tienes que observar tu caso en profundidad.
Qué tipos de inmovilizado hay
En la versión vigente del Plan General de Contabilidad, el inmovilizado es denominado activo no corriente. Se recoge en las cuentas del grupo 2, con los siguientes subgrupos:
- 20. Inmovilizaciones intangibles.
- 21. Inmovilizaciones materiales.
- 22. Inversiones inmobiliarias.
- 23. Inmovilizaciones materiales en curso.
- 24. Inversiones financieras a largo plazo en partes vinculadas.
- 25. Otras inversiones financieras a largo plazo.
- 26. Fianzas y depósitos constituidos a largo plazo.
Además, hay dos subgrupos para cuentas que merman el valor de los inmovilizados:
28. Amortización acumulada del inmovilizado.
29. Deterioro de valor de activos no corrientes.
Y, por otro lado, hay que tener en cuenta que en el activo no corriente del balance figuran también los activos por impuesto diferido.
Cómo contabilizar la venta de un inmovilizado: pasos que seguir
Cuando vendes un inmovilizado, pueden producirse varios cambios y tendrás que tenerlos todos en cuenta. Para ello, deberás seguir los siguientes pasos.
1) Examen de las cuentas afectadas
Existen distintos tipos de inmovilizados, cada uno sujeto a sus propias normas de registro y valoración. En ellas, encontramos los criterios conforme a los que se ha venido valorando el activo concreto. Lo normal es que se dé de baja no solo al inmovilizado vendido, sino que puedan desaparecer de nuestras cuentas importes de diferentes cuentas, como, entre otros, las procedentes de:
- Amortizaciones.
- Deterioros de valor.
- Instrumentos de cobertura relacionados con el inmovilizado vendido.
- Fianzas, depósitos y otras garantías para el cumplimiento de obligaciones que haya habido que entregar mientras se haya tenido el activo.
- Subvenciones, donaciones y legados de capital recibidos para financiar la adquisición del activo que ahora se vende.
- Ajustes por valoración del activo que hayan debido ser anotados directamente en el patrimonio neto.
- Posibles activos o pasivos por impuesto diferido ligados al inmovilizado que vendemos.
- Provisiones dotadas por obligaciones legales, contractuales o implícitas ligadas a circunstancias relacionadas con el activo vendido.
2) Examen de los beneficios futuros
Los elementos del inmovilizado material e intangible y de las inversiones inmobiliarias han de darse de baja cuando no esperemos obtener de ellos beneficios o rendimientos económicos en el futuro. Por ello, venta no es sinónimo de baja en el activo:
- Hay inmovilizados que han podido darse de baja con anterioridad. Lo habremos hecho porque, llegado un momento, no esperábamos obtener recursos por la venta ni de ningún otro modo. En ese caso, deberemos anotar un ingreso.
- Puede que, a pesar de la compraventa jurídica, tu empresa retenga algunos beneficios. En ese caso, el elemento deberá permanecer en el activo. La baja se producirá cuando la corriente de mayores ingresos o menores gastos que propicie el inmovilizado cese.
3) Análisis del fondo del contrato
La compraventa nos obligará a entregar la cosa a cambio de un precio cierto en dinero o signo que lo represente. De todos modos, en la contabilización hay que atender a la realidad económica de la operación y no solo a su forma jurídica. Ello nos lleva a tener que valorar el contrato de compraventa y cualquier otro que se relacione con ella.
Un ejemplo de ello son los contratos de lease back. En ellos, tras la venta, se produce un arrendamiento posterior. En ese momento, deberás considerar si debe calificarse contablemente como financiero u operativo, con independencia de la calificación jurídica. Si se considera financiero, no variarás la calificación del activo, ni reconocerás beneficios ni pérdidas derivadas de esta transacción. No obstante, registrarás el importe recibido por el precio de la compraventa con abono a una partida que ponga de manifiesto el correspondiente pasivo financiero.
No toda venta de un inmovilizado supone automáticamente que haya que dar de baja el activo ni tampoco que haya que anotar algún beneficio o pérdida.
4) Examen de las consecuencias posteriores
En el mismo momento de la compraventa o tras ella, se podrán producir diferentes consecuencias, entre ellas:
- Devengo de diferentes impuestos. El más habitual es el IVA, aunque puede haber exenciones por diversos motivos.
- Responsabilidades tras desprenderse del activo. Lo normal es que se hayan previsto.
- Cancelación de deudas contraídas para financiar la adquisición. También pueden producirse diversas formas de transmitírsela a un tercero (el adquirente del inmovilizado, por ejemplo).
- Nacimiento de un derecho de crédito por el importe que el adquirente nos deje a deber.
- Realización de gastos para la venta. Entre otros, realización de informes y tasaciones, reparaciones del elemento, asesoramientos de diversos tipos, comisiones de intermediarios, aranceles notariales y registrales, comisiones bancarias, transportes… Para su contabilización, atenderemos a las reglas contenidas en las normas de registro y valoración del tipo concreto de inmovilizado. Además, deberemos tener en cuenta quién asume su coste.
5) Contabilización de los asientos
Una vez analizado el contexto, realizarás los asientos que correspondan. En el esquema más sencillo:
- Cargarás la amortización acumulada, el deterioro y, por el cobro, cuentas de tesorería.
- Con abono a la cuenta representativa del inmovilizado concreto que vendas.
Por supuesto, lo normal es que haya muchos otros condicionantes tras la operación. Deberás examinarlos conforme al esquema de los cuatro pasos anteriores y realizarás cuantos asientos sean necesarios para tu caso.
Contabilizar la venta de un inmovilizado es tanto más sencillo cuanto mayor sencillez tengan las circunstancias que rodean la operación. En todo caso, conviene analizarla a fondo y disponer de herramientas que, como Sage Conecta, te faciliten el contacto con herramientas y servicios que necesitas para tenerlo todo en cuenta.
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Autor: Gonzalo García Abad