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En este nuevo episodio de Sage Advice Podcast, «Gestión empresarial como clave del éxito», os quiero hablar de un básico para una buena gestión: la realización de un correcto diagnóstico financiero para saber cómo afronta tu empresa el paso del tiempo.
- Un buen diagnóstico financiero es clave para realizar un buen control de tu negocio.
- Aprende, con Sage Advice Podcast, las claves que debes tener en cuenta para analizar la información contable de tu negocio.
En todo negocio, sus finanzas tienen dos tipos de movimientos. Unos son de financiación y consisten en traer al presente recursos de los que todavía no dispone la empresa. Los otros son de inversión y tienen la mira puesta en obtener retornos en el futuro.
Por tanto, no puedes pensar en un buen diagnóstico sin analizar tres aspectos básicos:
- Qué características tienen tus inversiones (rentabilidades pasadas y esperadas, riesgos, condiciones de liquidez, etc.).
- Cómo se han financiado (apalancamiento, rendimientos exigidos por los diferentes proveedores de financiación, etc.).
- Cómo se mueve el dinero (funcionamiento de la tesorería).
¡COMPARTE! ¿Cómo afronta tu negocio el paso del tiempo? Comienza septiembre haciendo un diagnóstico financiero. ¡Te contamos las claves!
Lo más importante, los datos
Una vez tenemos claro el objetivo, necesitamos ‘materia prima’ y ‘maquinaria’. La ‘materia prima’ serán los datos. La ‘maquinaria’ debe ser, en estos tiempos, una solución en la nube que, como Sage Facturación y Contabilidad, permita de modo sencillo facturar y cobrar, llevar una contabilidad básica o controlar el stock de tus productos y servicios.
Es importante que tengas una visión integral. De poco sirve destacar en aspectos muy concretos del diagnóstico financiero si tienes carencias muy importantes en otros puntos. El equilibrio será siempre una guía.
Por ejemplo, a veces, sacrificamos oportunidades de obtener mayores rentabilidades con el fin de mantener los riesgos dentro de unos niveles asumibles. Lo mismo pasa con la tesorería, en la que buscar demasiada holgura lastrará la rentabilidad de tu negocio, pero contar con poca puede condicionar tus pagos e, incluso, puede ‘condenarte’ a insolvencias transitorias que, si no se gestionan bien, pueden hacer perder la credibilidad de tu empresa.
Consulta los principales indicadores
El procedimiento habitual será el de calcular diferentes indicadores de resultados, de flujos de caja, períodos, etc. y, después, analizar con ellos diferentes tipos de ratios. Por un lado, tienes las ratios de rentabilidad, tanto financiera como económica. Ponen en relación los recursos empleados con los resultados obtenidos.
En general, suele ser buena noticia que estén en niveles elevados. Sin embargo, no debes despreciar oportunidades de inversión por el mero hecho de que reduzcan la rentabilidad del negocio. Por ejemplo, en actividades maduras, las expansiones suelen realizarse en segmentos que pueden aportar beneficios que, aunque sean menores de los habituales, siguen compensando.
Otro tanto pasa cuando lo que buscas o lo que ya has hecho es abrir puertas para el futuro. Hay inversiones que, a corto plazo, no parecen rentables, pero que pueden ser un requisito para desarrollar otras que sí lo son. Por ejemplo, en ocasiones tu empresa puede verse en situación de tener que afrontar excesos de capacidad para poder optar a determinados clientes y contratos. Quizá hoy haya unos recursos ociosos, pero debes analizar todo el trasfondo de la operación para saber si tiene sentido el sacrificio de rentabilidad.
Una segunda categoría de ratios de tu interés será la de los que analizan la financiación. Prestan atención a la relación de las partidas de patrimonio neto y pasivo exigible con otras partidas del balance.
Entre otros aspectos, analizarás si es correcto el apalancamiento financiero de tu empresa y si el fondo de maniobra es suficiente, escaso o demasiado holgado. Es, por tanto, una cuestión de proporciones.
En este caso, como en otros, los equilibrios son altamente dependientes del contexto. Por ejemplo, un negocio que cobra al contado y paga a plazo puede permitirse contar con un fondo de maniobra más reducido.
Tesorería del negocio
Una tercera categoría de ratios financieras es la que estudia la tesorería del negocio. Pondrás en relación, las diferentes partidas del activo corriente con las del pasivo corriente. En definitiva, miden la capacidad para realizar pagos, pero con la vista puesta en evitar los excedentes de tesorería.
Y llegamos a la pregunta del millón: ¿dónde se encuentran los valores óptimos para poner en contexto todas las ratios? Lo que buscamos es encontrar el ‘metro’ que nos permita diagnosticar los puntos fuertes y débiles de las finanzas de nuestro negocio.
La respuesta suele provenir de un combinado de fuentes. Por un lado, puedes consultar manuales de análisis financiero, en los que se dan ideas sobre los valores óptimos. Es un marco teórico que siempre puedes tener como referencia. Verás que lo habitual es que estas ratios se encuentren dentro de unos rangos, pero también que habrá excepciones explicables.
Realiza un análisis temporal
Sin embargo, como todo en la vida, hay un trecho importante entre la teoría y la práctica. La actividad empresarial está sometida a muchas restricciones que marcan el contexto de las decisiones tomadas y los resultados alcanzados. Unas vienen marcadas por los planes, otras por las decisiones internas de los socios, las negociaciones con otras partes e, incluso, el propio contexto de mercado.
Suele ser útil realizar un análisis temporal que, por un lado, se fije en la evolución de las ratios y, por otro, en las expectativas y proyecciones de las ratios y otros indicadores. Con ese ejercicio, verás qué fortalecen y qué debilitan los cambios realizados y los propuestos.
También conviene comparar los datos con los de otras empresas, que permitan ver cuál es la situación habitual de negocios comparables. Podemos consultar fuentes diversas como el Registro Mercantil, la Central de Balances del Banco de España o los informes de organismos nacionales e internacionales y de empresas como consultoras o entidades financieras.
Un buen diagnóstico financiero es clave para realizar un buen control y planificar bien las inversiones, el endeudamiento, la retención de beneficios, las nuevas aportaciones de socios y la gestión de la tesorería, entre otros aspectos.
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Fuente info
Autor: Joan Boluda