La digitalización ha cambiado radicalmente el papel del liderazgo. Los jefes autoritarios, la microgestión y el pensamiento jerárquico son cosa del pasado. Esto se debe a que las estructuras de gestión tradicionales no pueden responder con rapidez a los constantes cambios de las condiciones del mercado y a las nuevas demandas de los clientes. En su lugar, los líderes de hoy en día están llamados a ejercer su inteligencia emocional, así como sus conocimientos empresariales, y a orientar en lugar de dar órdenes.
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